¿Están las pymes preparadas para adoptar sus ERP al Cloud Computing?

La explosión del cloud computing no para y son muchos los medios y analistas que afirman que este 2011 será el año de las aplicaciones en la nube. Las ventajas son indiscutibles en cuanto a ahorro de costes, agilidad en la gestión desde cualquier punto, pero sin embargo muchas pymes no acaban de estar convencidas de las bondades de un modelo que choca frontalmente con la barrera cultural de la propiedad.

Y si nos referimos a la adopción de un ERP bajo el modelo de cloud computing, la apuesta es mucho menor y bastante menos decidida. Si entramos en los medios de comunicación podemos encontrar opiniones para todos los gustos, dependiendo del medio, del fabricante o del consultor. ¿Conflicto de intereses, salto interesado para lograr un mayor crecimiento?

Probablemente algo de esto haya en el alud de opiniones que se están vertiendo a favor y en contra. Es cierto que la modalidad de cloud computing reporta una serie de ventajas a las pymes, sumamente interesantes en una época de crisis económica en la que la contención de costes se ha convertido en primordial y la capacidad de inversión se ha reducido drásticamente.

Pero por otro lado, la oferta de ERP’s existentes en cloud computing son demasiado rígidos, quasi paquetizados cuando la evolución de los ERPs se ha decantado hacia modelos completamente adaptables a las necesidades de las empresas, con un gran grado de parametrización y con tendencia a la verticalización. Esto significa, en cierta manera, un paso atrás en el que se prima la tecnología por encima del avance de las funcionalidades,  de la usabilidad  y la flexibilidad de las aplicaciones de gestión empresarial.

Ya está aceptado que las actualizaciones de las soluciones de gestión empresarial se descarguen directamente de Internet pero no así la adquisición de programas on-line. Y es que el tema de la seguridad es de vital importancia en los ERP’s, como guardianes de datos críticos para las empresas y esta es, por mucho que lo digan una cuestión que no se ha resuelto al 100%  y que hoy todavía es el principal freno a su adopción.

Mientras no se resuelve, van apareciendo modelos híbridos y fórmulas de uso por pago. Por otro lado las empresas dicen entender las ventajas del cloud computing, pero sin embargo son reticentes a adoptar su implantación.

¿Y qué pasa con los fabricantes de ERP? Pues de todo un poco. Los hay que se han lanzado a la piscina y emprenden auténticas campañas de evangelización, quizás no tanto por convencimiento sino más bien por la necesidad imperiosa en un mercado tan competitivo, por mejorar sus ofertas, buscar nuevos recursos en servicios que, en muchos casos, hasta ahora estaban en manos del canal de distribución y encontrar elementos diferenciales respecto a sus competidores.

El problema es que en estas prisas estén primando intereses de marketing por encima de la visión y capacidad de sus propios departamentos de desarrollo de productos y podemos correr el riesgo de que las ventajas del cloud computing se diluyan por las prisas y los despropósitos para generar mayor negocio.

Probablemente el cloud computing es la tecnología del futuro inmediato, pero no empujemos demasiado. Las cosas paso a paso. Las empresas y las pymes se han de ir convenciendo de que ese es el camino a seguir y los fabricantes tienen que afinar el modelo, aportarle valor, dotarlo de capacidad de adaptación y flexibilidad y crear un sistema realmente seguro para los datos críticos de la empresa.

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